Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 13 de julio de 2016

ANTONIO CRUZ ROMERO [2.167]


ANTONIO CRUZ ROMERO

(María, Almería, 1978)

• Diplomado en Magisterio, Universidad de Almería. 
• Titulado como profesor de Conservatorio en la especialidad de Saxofón Clásico, Real Conservatorio Superior de Música de Almería.
• Máster (M.A.) en Ciencias Judaicas, Universidad a distancia de Bar Ilán, Israel. 

PUBLICACIONES
POESÍA
• Grecia: Guía de viaje para antipoetas y soñadores, Letras Cascabeleras Editorial, 2016. 
• Hay una luz remota. (Poemas para José Ángel Valente), Ravenswood Books Editorial, 2015.
• (Breve) Antología del Epitafio Maldito, Edición del autor, 2015. (Prólogo del crítico y poeta Duco Perkenss). 
• Poemas Apócrifos. Los hijos malditos de Job, Ravenswood Books Editorial, 2013. (Prólogos del editor Antonio J. Huerga y del poeta Juan José Ceba).

ANTOLOGÍAS POÉTICAS
• Panóptica primera. CU4TRO poetas. («El hierro de la lengua marchita»), La Galla Ciencia, 2015. (Antología poética (de textos inéditos) de los poetas Valeria Canelas, Antonio Cruz, María M. Bautista y Pablo Velasco Baleriola). 

NARRATIVA 
 Cuentos macabros y otros relatos, Ravenswood Books Editorial, 2014.

ANTOLOGÍAS NARRATIVAS
• Oil (Relato corto), Instituto de Estudios Almerienses, 2013. (Dentro de la obra colectiva Relatos Velezanos II).

ENSAYO
• Poesía experimental de los cincuenta en lengua neerlandesa. Ensayo y antología poética, Ravenswood Books Editorial, 2016.

TRADUCCIONES 
• JEFFERS, Robinson. El último cantor de Walt Whitman. Poesía ensencial, Editorial Huerga & Fierro, 2016. (Inglés)
• SLAUERHOFF, Jan Jacob. El reino prohibido, Editorial Huerga & Fierro, 2014. (Neerlandés) 
• SLAUERHOFF, Jan Jacob. Sólo en mis poemas puedo vivir. Antología esencial, Editorial Huerga & Fierro, 2012. (Neerlandés).

PREMIOS
• (2016) 2º Premio del Concurso de Poesía «Letras Cascabeleras» (Cáceres) por el poemario Grecia: Guía de viaje para antipoetas y soñadores.

EDICIÓN
• Fundador y editor de la revista literaria RaVeNsWoOd Magazine.

REVISTAS
• Revista El Humo. Agosto 2016.  
• El coloquio de los perros. Mayo 2016. (ISSN: 1578-0856)
 Galáctica Magazine. Número 7. Abril-Junio 2016 (ISSN: 2500-6207)
• Carátula. Revista cultural centroamericana. Número 71. Abril-Mayo 2016. (ISSN: 2218-2713)
• Ravenswood Magazine: Homenaje a T. S. Eliot. Nº 6. Abril 2016 (ISSN: 2445-0456) 
• La Galla Ciencia. Número 4. Octubre 2015 (ISSN: 2386-7965) 

BLOG
• Sobre filias y fobias literarias 

INFLUENCIAS
Poesía: Hugo Claus, Ezra Pound, José María Álvarez, Charles Baudelaire, J. A. Valente, T. S. Eliot, W. H. Auden, Arthur Rimbaud, Cees Nooteboom, Roger Wolfe, Charles Simic, J. J. Slauerhoff // Prosa: Hugo Claus, Louis Paul Boon, E. A. Poe, G. A. Bécquer, A. Monterroso, Franz Kafka, H. P. Lovecraft.


POEMAS


Del poemario: Una habitación de hospital con vistas al mar, inédito


NÁUFRAGOS

y llega cada ola a acariciar
esta costa, tan vieja, de poetas
que la han cantado triste antes que yo.

       J. MARGARIT 

Aquí estuvo Javier Egea antes que yo,
bajo los mismos techos de humedad salina
y envuelto en el delicado
rumor de este antiguo oleaje.
Esas pueden ser las mismas jarcias 
y los hierros oxidados; las redes rotas
de los pescadores que respiraban todavía.

(El movimiento del dedo índice...
parece sencillo, acabar la vida así.)

En la fonda resuenan ecos 
      y voces moribundas 
de nautas y poetas sin alma;
es como un cementerio en donde
esperan recuperarla, o al menos robar alguna.

(La dulcificante sonrisa de Noa
difumina los negros nubarrones
que se pierden tras las rocas de volcanes.)

Me pregunto a dónde han ido
a parar las cenizas de los muertos
que aquí han esparcido tan delicadamente:
en donde piso
se encuentra el preciso lugar de los naufragios.



NO ESTÁ/NO SOY

Hace tiempo que presentía
Este día luminoso y la casa vacía.

A. AJMÁTOVA 

Desde esta cama fría —poco acostumbrada
a mis huesos— se escuchan heridos los perros 
abandonados con sus aullidos metálicos.
La lluvia es fina, pero siento cómo explota
contra las aceras. Quiere nevar. Y no se atreve.

Le debo a mi insomnio no diagnosticado
poder contar las campanadas, y percibir el sonido
de los coches chapoteando y las risas de su interior.  
Tres meses sin venir aquí se me antojan eternos,
nadie me reconoce; todos se han olvidado de mí:
¡soy un auténtico espectro que puede mover objetos!

Mi madre no está.

Vacía la casa, hueca de ecos que persisten;
los rincones huelen a madera ardiendo:
es una sobredosis amarga de Pasado
(droga letal que deprime el sistema nervioso
—y los médicos mienten culpando al alcohol—). 

No está. 

Abandono el libro para contemplar cómo se hinchan 
los troncos: mañana serán insignificante ceniza blanca
ceniza blanca ceniza blanca ceniza blanca.
En el sótano, a las patatas abandonadas le han crecido
brotes rosas, de aspecto repugnante y demoníaco. 

No está, mi madre; ni yo casi estoy,

y trato de dormir imaginando que el aullido del viento 
es una susurrante voz familiar que ha venido del Pasado. 




BOLSITA TRANSPARENTE AZUL 

His Master's Voice

     G & T

Hoy dice el calendario que cumplo años: la edad 
en la que Slauerhoff murió de tuberculosis, la edad
en la que ya no puedo presentarme 
a certámenes de poesía joven,
aunque cuando me lo permitían tampoco lo hacía.

A todos nos sucede al menos una vez en la vida
—incluso sin ser poetas—:
que los amigos se alejan tanto como tú de ellos,
sin saber por qué; el amor irrompible de antaño
se retuerce como un corazón infartado,
y las enfermedades de los padres se cobran sus cuentas,
mientras arrecia el miedo a que mi hija deje de quererme.

En la mano pende una delicada bolsita transparente 
llena de excrementos, de ese hombre con el que me cruzo 
en cada esquina, con su perro feo, 
tanto como el dueño al que arrastra de la cadena.

Hoy cumplo años, y veo el reflejo de la vida
en la bolsita azul, trasparente, tan diáfana como un mar. 



YA NADA VOLVERÁ

Every year is getting shorter; 
never seem to find the time. 

PINK FLOYD, «Time»

Hoy he caminado como ayer, por las mismas calles polvorientas,
bajo el cielo aparentemente azul. Me he detenido en el mismo bar
a beber el mismo vino, tan rojo y amargo como el de ayer,
como el de hace un año; hoy he leído el mismo verso que escribí 
en invierno, y el que imaginé hace días, y hasta he recitado
la misma oración de cada noche... ¡todo ha sucedido igual!,
he repetido lo mismo que los últimos meses y semanas, años,
pero nada volverá a ser igual, nada volverá a ser lo mismo,
ni el polvo de las calles ni el vino aparentemente rojo,
ni el cielo que jamás fue azul, y hasta el verso, ideado perfecto,
se me ha atragantado en las cuerdas vocales como un hueso astillado;
la oración nace abortada, sin atisbo de fe: ¡no!, ya nada volverá
a ser igual ni yo seré el mismo, así que no toquéis a mi puerta
ni vengáis a buscarme: no será el mismo el que os abra. 

Ya no seré yo. No me busquéis nunca más: no me encontrareis. 



SIN

Imaginar por un lapso disperso 
cómo sería la vida 
sin 
ti 
en este amanecer turbio salpicado de charcos sucios. 
He estado pensando qué sería de todos nosotros, 
cómo vivir el resto de días (que ni tan siquiera 
nos pertenecen)                           
sin los tuyos; 
¡y no existe nada                           
con los que vivirlos!
He reproducido en mi imaginación una casa fantasmal- 
fría- 
vacía 
un domingo de mercado sin la lumbre encendida 
las paredes gélidas 
recordando entre ulcerosos lapsos 
la madeja deshilachada del tiempo extirpado 
que no resucitará ya: para constatar que eras tú 
el espacio sobre el que discurría nuestro tiempo; 
esta vida sin ti sólo sería resistir, 
pero no hay espacio para resistencias sino tiempo 
de suturar heridas.                                
Permanece aquí, 
y deja que sea yo quien lama por siempre, tu cicatriz. 




Del poemario: El cadáver lacerado de Héctor 
(Inventario de mis batallas perdidas), inédito


3 (NUEVOS) POEMAS DE AMOR SOBRE GRECIA


I

Ojalá que los dioses
de aquella Grecia moribunda
me resucitasen, preferiblemente
al atardecer y con los labios carnosos
del Mar Mediterráneo,
derramando su aliento en forma de brisa,
con sus senos y piernas abiertas; yo sediento.

II

Escucho el silencio que produce
el engranaje del Caballo de Troya,
arrumbado en la remota orilla del Egeo,
y el hierro de la lengua marchita.

III

Amo profundamente a Grecia
porque hiere con dolor,
y el amor no muere:
mata con saña.


LA RUECA DE PENÉLOPE

Esta madrugada
de insomnio provocado, de calor enfermizo,
sin oxígeno en las calles ni voces,
sin la rueca de Penélope
(que no me espera desde hace noches).
Desde la ventana abierta, a oscuras,
la muerte acecha, pero no pasa nadie
por las calles abandonadas, no hay perros
ni gatos aullando muertes: sin brújulas; ni mapas.
Esta madrugada, gira y sólo gira, no el mundo
sino el ventilador que propaga fuegos,
sin sueño, ya ni tan siquiera los antiguos deseos.


ULISES. OTOÑO 2015 (AHORA QUE...)

Es tan escandalosa —o impronunciable— la verdad,
ahora que a Ítaca regresa el que en su hogar 
fuese un héroe,
ahora que la memoria se hace la olvidada.

El agua ha sumergido todo: 
la evidente derrota señalada por el dedo en la llaga, 
el verso en paradero desconocido que en ocasiones 
aparece y más tarde se esconde de nuevo. 

Llega a casa, convirtiendo la victoria en derrota,
la constancia de una vida pasada abandonada 
en los retratos colgados en las paredes, las cartas 
aún perfumadas y un rostro que lo dice todo  
sin necesidad de palabras.

Ahora, que el lenguaje está mal doblado;
ahora, que el camino que unía también aleja;
ahora, en este trayecto de vida y vuelta,
ahora que el desánimo ha anegado el amor
y el fracaso es incuestionable: semihundido
el pecio del barco sobre la deriva del olvido. 


Del poemario: Grecia: guía de viaje para antipoetas y soñadores 
(Manual para un naufragio ya pasado), 2016


YA NO CELEBRAREMOS MÁS 
BANQUETES OPULENTOS
Los hijos malditos de Job (Take 2) 

Los padres comieron el agraz,
y los dientes de los hijos 
sufren la dentera.

        Ez. 18, 2

Ya no celebraremos más banquetes opulentos
ni brindaremos con vino de parras centenarias,
transformadas ahora en odres horadados 
y lágrimas negras de una tierra junto al mar.

La Hélade ha sufrido una segunda y definitiva derrota:
de nuevo sus ruinas milenarias derrumbadas; 
en las universidades se desaprende lo que ya se sabe,
derogan las sentencias y pensamientos de Aristóteles 
y Platón, la raíz oracular de los profetas, la oratoria 
intachable de Dios, y las directrices de los maestros 
de escuela; ya no visitan los cementerios ni a sus muertos, 
las tumbas con hierba de los poètes maudits.

Impregnados del dolor primigenio, la misma estirpe 
de partos doloridos y vástagos injertados desde la misma 
esencia, somos todos los hijos malditos de Job.

¿Por qué desoímos a los clásicos?
¿Por qué no nos castigaron antes de llegar a esto?

El advenimiento del Desorden del nuevo Orden.



MUSEO DEL NO PRESENTE

Es extraño no ver perros en Atenas, sólo algunas 
palomas desalmadas, gatos escuálidos, voraces
mosquitos que chupan la sangre cuando descansan
los mortales, y las chicharras violinistas cantando  
en do historias al dormir a los que creen estar vivos.

Bajo el cristal, las entrañas y la vida difunta de la 
antigua ciudad que fue, sobre la que recorro ávido 
las salas, adoptando la apariencia de las imponentes 
esculturas, mutiladas; me entristezco al ver 
el falso Partenón, expoliado por los ingleses.

Y mientras medito sobre los perros que no veo  
y evoco con rabia a los británicos, en una roca  
de monos resuenan ahora ecos de ficticios cañonazos.

Pocas historias han cambiado en estos siglos 
mal andados: mosquitos, chicharras, saqueadores. 




ACRÓPOLIS

Somos lo que no somos,  
y en alguna ocasión otros sí fueron.

Aparece luminoso, revestido 
de amarfiladas y marmóreas piedras:
el sol ciega a los que traspasan sus 
dominios en forma de derruidas columnas.

A cada paso desandas un siglo, rejuveneces
cien años, dejas lastres, cesas de hablar a los 
que te rodean, y ya no sientes el calor abrasador;
sólo contemplas.

Poco a poco percibes que has dejado 
de respirar, pero aun así, vives. Sientes que el cuerpo 
abrasado por el sol ya no es carne, ni hueso: es ceniza.

¡Eso es eternidad!, te susurran al oído...
y sientes envidia. 

Percibes la brisa acariciándote la negra barba,
lamiendo el rostro de los dioses que ahora escupen
sobre Grecia. 

Somos lo que no somos,  
y en alguna ocasión otros sí fueron.
Avanzamos sedientos y sudorosos hasta la cola de salida, 
sobre el légamo de la insultante inmortalidad. 



HERIDA

Me asomo al abismo 
de la herida, veo gusanos, 
siento vértigos, náuseas, 
cierro los ojos, despierto 
y palpo una costra de polvo 
que lavo con orina 
y con barro tapo de nuevo,  
la herida en la que me abismo,
un gusano soy y contemplo
vértigos, el cierre de los ojos
pero no despierto,  
y el polvo es una costra, 
y se orinan sobre mí 
y definitivamente me vuelvo
al barro, al polvo, y aquí,
muero, sobre la llaga
que no deja de cerrarse.
Vuelvo al útero; renazco,
en el féretro. 



ATHENS REVISITED (2013)

¡No me vengáis con conclusiones!
La única conclusión es morir.

F. PESSOA

Decían: (al socaire de versos sublimes)
«Vendré a esta tierra
y beberé de ella y de sus vientos,
y si puedo la esquilmaré 
sin compasión, pues sé
que no hallaré otra mejor;
siempre en mí a la ciudad llevaré».
¿Hay en ello más pasión?

Allá donde alzo la vista
sólo veo las ruinas de las vidas,
con las murallas en ellas confundidas,
caducado el porvenir que aún está
por venir, acotadas por una posteridad
que no será, que ya fue, un pasado
transcurrido en el futuro y un presente
que nunca ocurrió, viejas antes de nacer.

¡Y no me vengáis ahora
con vuestras conclusiones!,
no cantéis milongas que aquí
nadie entiende: otros ya hurtaron
el mañana y hasta lo pasado es incertidumbre.
Y les dicen ahora que nada quieren; ahora...
¡Y lo dicen! Es el eco de lo que callaban otrora.




MANUAL PARA UN NAUFRAGIO YA PASADO

Estaré demasiado triste para entenderlo.
Ya no hará falta seguir la guía de viaje 
ni el manual para un naufragio ya pasado,
puesto que en un futuro no lejano  
he sido yo quien los ha redactado.

Allí enumeraré todas las patas de pulpo,
matarratos de un demente, las piedras 
que le faltan a cada ruina, anunciaré  
las coordenadas en cuyos acantilados 
se inyecta el rumor del mar y los graznidos
de las gaviotas, pero nadie, nadie me esperará
ya allí porque nunca nadie me ha esperado,
ni la muchacha del ultramarinos echará en falta
mis asépticas visitas a comprar racimos de uvas, 
ni el pescador me echará de menos porque 
no era yo sino un fantasma el que allí estuvo.

Ya no se acordará el mar de mi rostro  
y triste figura. Nadie entonces me llorará
cuando falte (ni cuando aquí también 
lo haga), nadie enviará mis flores no preferidas
a parientes de tercer grado ni escribirán
esquelas en latín con caracteres griegos, 
porque no era yo quien vagó por allí, sino 
un espectro vestido de marinero, un espíritu 
que soñó ser un dios, dios menor y circunstancial 
o puede que un lánguido poeta del que algunos 
afirman vieron beber ouzo hasta el amanecer 
en las tabernas: no se acordarán ya de mí, no, 
y yo estaré demasiado triste para entenderlo.



Del poemario: Hay una luz remota. Versos para Valente, 2015



BEBER TU SED,
ansioso,
engullir famélico
tu lengua y despojos,
como mar que erosiona
el aliento de la
roca:
y el naufragio estrepitoso
del sueño.   


INVIERNO

Al acecho del frío,
la morada de sempiternas bóvedas
ya es una celda abandonada.
Los trazos rasgados de la pluma 
sobre el cegador papel, luchan 
contra el imponente silencio del invierno.
Casa espectral rezumando
insomnios oníricos,
resuenan las campanas de la Catedral, 
y piando los marchitos gorriones sueñan
evocando nostalgias de tiempos no heridos.


YA INCLUSO EN LOS FRÍOS CONTORNOS
del primerizo otoño,
se repliega el ave
en soledad y melancolía: 
deja crecer el anhelo de extinguirse
por siempre. 


Del poemario: (Breve) Antología del epitafio maldito, 2015

ARTHUR HARKER 
Londres, 1701-Gravesend, Kent, 1749

El Támesis lo escupió
una noche de verano,
de igual forma
que en invierno lo engulló.

(St. George's Churchyard, Gravesend)


ADRIAAN CORNELISZ. HOOFT
Haarlem, 1724-Ouderkerk aan de Amstel, 1763 

En estas bajas tierras
pudridoras de toda esencia,
exclamarán cuando falte a las
sucesivas citas: ¡aquí reposa,
un asiduo del Barrio Rosa!

(Schellingwoude, Ámsterdam)


TRUUS JANSEN
Noordwijk, 1699-Westeinde, 1770 

Sé que me amortajarán y velarán
con superficial desconsuelo
quienes nunca cuidaron 
de este cuerpo ahora yerto.

(Oude begraafplaats, Noordwijk)


Del poemario: Poemas apócrifos. Los hijos malditos de Job. 1998-2013, 2013


LA CARNE, EL VERBO, LA PALABRA

Voy llenando de muertos una galería 
en la que aún sobra demasiado espacio,
cadáveres que no me pertenecen,
un museo de cera sin visitas.
Nada, ni las palabras, ni tan siquiera
la Palabra los hará regresar a su anterior 
estado, destejidos, descarnados, 
sólo polvo... las miasmas de la
Muerte.
Si yo fuese Dios... no moriría nadie.



LEVES NUBES, COMO RAYAS DE UN GRUESO LÁPIZ 
en el firmamento han trazado unos versos 
que contemplo desde un sucio sillón, roído, 
rodeado y acotado por ropa y libros.



MADRID 655

Redujimos Madrid
a cuatro paredes mal encaladas,
a un viejo posadero que hablaba inglés
y baños compartidos en una polvorienta pensión:
English Spoken, Hostal Lucense, calle desconocida;
y sometimos Madrid a las cenizas del amor. 
Ahora, 
da comienzo esta, la lenta, 
mi exasperante consumación.  



POEMA VITAL

Intento sintetizar
una vida entera 
en varios momentos.
¡Y no puedo!

Sobrevivimos,
no por lo que ahora 
somos,
sino anclados
sobre el légamo de lo que
alguna vez fuimos.








.

No hay comentarios:

Publicar un comentario