Candela Vizcaíno (Sevilla, 1968). Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla a través de una Licenciatura en Filología Hispánica.
Ha publicado Los libros de poesía, “Poemas sin orden ni concierto” (Sevilla, 2003) e “Hilando Palabras” (Almería, Prensa Cicuta, 2004), magnífica edición de libro de arte en tipografía, la novela Los girasoles florecen en junio (Editorial Point de Lunettes, 2006) y el ensayo: "Akira Kurosawa, Filmografía completa".
Como escritora es, además, colaboradora habitual de revistas literarias y de bibliofilia como “Noticias bibliográficas” o “Los papeles mojados de Rioseco”, donde publica ensayos sobre autores españoles contemporáneos y la cultura del libro. Cercana al mundo del arte, fundó y regentó la Librería-Galería LEMA de Sevilla, modelo en su estilo por la mezcla que había en ella de literatura y artes plásticas.
[El fuego]
y habló el viajero
del desierto salí un día
al desierto donde nací
volveré antes de morir
los últimos rescoldos
de lo que un día fue
el fuego de la verdad
traigo en el hueco de las manos
[el camino]
ahora
en este ahora
mortal y pasajero
y por eso mismo eterno
en este ahora
que ha sido
desde siempre
has alcanzado el camino
el camino que lleva a los sueños
no lo abandones nunca
sin él serás la nada
con él lo serás todo
[acertijo]
pregunta
es que acaso no sentías
que las palabras
estaban
de
tu parte
respuesta
tan sólo supe
de la inevitable presencia
del laberinto
y fue su existencia quien
engendró
el poema
[alfa y omega]
lo único que te queda
poeta
es hacer
del poema
tu casa
[pregunta]
y
si la única verdad
es
el silencio
[silencio]
versión primera
queda el blanco silencio
para contar
lo que pasa
cuando
las palabras
vacían las sombras
[silencio]
versión segunda
algún día
el tiempo dirá
todas las palabras que faltan
los latidos del silencio
[silencio]
versión tercera
cómo mirar el mar
con los mismos ojos
con el mismo cuerpo
que desafiaba al aire del verano
el verano de los veinte años
cuando vivir era entonces
esperar las palabras
al silencio abandonadas
cómo traspasar el umbral
de tu casa y decir
sencillamente
aquí estoy amor mío
como el que dice
encantado de conocerle
vaya con díos
buenas noches
cómo continuar en pie ahora
vestirse apretarse los zapatos
salir sin armas ni armaduras
a este mercado inútil que pocos comprenden
cuando el vivir ha llegado a esto
a mil años con sólo palabras
palabras
rodando por una grieta oscura
que otros nombran
memoria recuerdo melancolía
como aparentar que no pasa nada
que los días se suceden
tal como ayer se deshacían
cuando el vivir se ha convertido en esto
en palabras sólo
en sólo palabras
[el poema]
supongo que sucedió a principios de los noventa
y lo supongo
porque no guardo en la memoria un solo gesto
que me lleve a aquel día
en mi crónico descuido
de las cuentas a mantener con el tiempo
lejos quedaban los años vividos
sólo con lo puesto
con la fe que dan los sueños
ya entonces
se había instalado la vida
la vida
y su realidad
y
lo que es peor
mentiras haciéndose pasar por realidad
lo que vino después es aún más borroso
las palabras amanecían a diario
en pie de guerra
inevitable la partida
la derrota siempre mía era
siguieron diálogos frustrados
con los pronombres y los verbos
y con giros sintácticos que
afortunadamente
ha arrastrado el viento
y así
hasta esta mañana
o hasta hace un rato
y así
sé que seguirá
hasta la aniquilación de la voz
o
del
tiempo
[la espiral]
La espiral existe
y existe
porque no hay
principio
porque no hay fin
no hay principio
porque no recordamos
las palabras
y si no hay
palabras no puede haber
principio
y si no hay
principio
no puede haber
fin
y así
sin principio
ni fin
sólo es la espiral
lo único que existe
[concierto coral para cinco instrumentos]
Coro todos los ruidos del mundo forman un gran silencio
sucede a diario
caminan perdidos por las calles
llenos con el solo hueco del silencio
sólo silencio
en el grito silencio
Voz 1 he aquí
el esclavo de un ídolo efímero
miradme
soy el que se arrodilla ante un dios falso
Coro y sucede
el infinito
sólo silencio
en el grito silencio
Voz 2 me robaron la casa los hijos la esposa amada
no encuentro el abrazo del hermano
Coro y sucede
la sombra del grito el silencio
Voz 3 perdí el amor
aquel que se crece en sí
y se sacia
y se llena
y sólo con él basta
Coro y sucede
la sombra de la noche silencio
Voz 4 madre
padre
aquí esta mi mano
Coro y sucede
el silbido del silencio
sólo silencio
en el grito silencio
Voz 5 nada tengo perdí tierra
amigos
recuerdos
soy el que susurra palabras
soy el poeta
Coro y sucede
el silencio entero
Hola Fernando, me he quedado sin palabras al ver esta enorme labor que estás llevando. Te dejo el link del blog y te mando un correo privado. Un saludo cordial. http://www.candelavizcaino.com
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