Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 3 de mayo de 2015

RICARDO RODRÍGUEZ [2.085]



Ricardo Rodríguez 

Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1961. Publicó sus primeros poemas sueltos en algunas revistas y suplementos literarios (El Correo de Andalucía, La Ronda del libro, Revista Atlántica...). 

'Un fuego inesperado'. Se trata de la segunda obra publicada por Rodríguez . El autor realizó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Cádiz, -donde dice, guarda muy buenos amigos- y posteriormente en la UNED. Publicó sus primeros poemas sueltos en algunas revistas y suplementos literarios, además del cuadernos 'Las sombras', y el libro 'Los ausentes' (Renacimiento, 2003). Actualmente trabaja en la Fundación Caballero Bonald, donde colabora en diversos programas literarios e imparte talleres de creación poética.



UN FUEGO INESPERADO (2013)
COLECCIÓN DKV
LIBROS CANTO Y CUENTO




LAS VOCES

DE niño, yo soñaba con espíritus,
y oía entre las grietas y en los muros
de mi jardín, hasta alcanzar mi cama,
las voces de los muertos.

Cada puerta
escondía un secreto inconfesable.
Una respiración. Y un alma rota
hurgaba entre mis sábanas
manchándolas con el hollín del miedo.

Hace tiempo de eso.
Y sin embargo,
si llueve y hace frío como entonces,
aún puedo oír temblar las hojas
del naranjo, aún siento, tras la puerta
del cuarto, ese hilo grave, esa voz ronca
que me dice: ven, ven, que ya es la hora.






ENTRE DOS MUNDOS

 NO voy a hablar de espíritus ahora.
 Si la vida es un fin, no tengo tiempo
 para perderlo en sueños o en leyendas.

 Es hora de salir a ver el mundo
 y de bañarme en él.
                     Luego habrá tiempo
 de volver al jardín de los hechizos,
 donde la magia del ocaso inunda
 el esplendor de horas que no existen,
 y el alba es una música inventada.

 Que mis pasos me lleven hacia el centro
 de este frío universo por el que
 no palpitan los pájaros lejanos,
 el agua no murmura y las manzanas
 tampoco son eternas.
                                La verdad
esconde su desnudo en sótanos muy tristes







BRISTOL CAFÉ

 ¿A quién puede dejar indiferente
 el brote de una rosa en el jardín del mundo?
 Junto al Bristol Café hay una tienda
 pequeña y delicada como un bordado antiguo,
 donde venden encajes y pañuelos de seda.

 Detrás del mostrador de mármol blanco
 una aprendiz muy joven atiende a los clientes.
 Reparte su sonrisa como un nuevo monarca
 concede privilegios. Todo en ella
 es pasión juvenil, clara inocencia.

 (Yo no sé a qué otra edad el ser humano
 desprende tanto afán por agradar
 como en esa primera juventud).

 La suele recoger un joven estudiante,
 que la espera sentado
leyendo cualquier cosa en un rincón del Bristol.

 Yo los veo brillar entre el hastío
 de las conversaciones.
 Se miran y sonríen, murmuran y se abrazan






MANOS

 EL sol no siempre cae…

 Y aunque el amor es humo,
a veces lo sostienen en el tiempo
 dos manos infinitas.





COPA DE AGUA

LAS horas que he gastado buscando en la memoria
 esa copa de agua...

 Lo que ahora me importa es lo que ocurre
 cuando nada sucede delante de mis ojos:

 la parte de la rama que se suelta
 y cae como una música;

 la nube que susurra no me olvides;

 las olas que regresan regalando
 su beso eterno a la dormida orilla...

 Son formas con que el mundo nos dice su secreto






LO INESPERADO

AQUELLA joven madre de ojos de agua
 que pedía limosna en los Campos Elíseos,

 ¿no estaba en realidad pidiendo amparo,
 cariño, compañía?

 Y el gato callejero que te espera,
 infatigable, cada día, al alba,

 ¿qué busca en ti sino la luz
 de una lámpara,
 el calor de un hogar?

 En el dolor y la alegría ajenos,
 se ocultan tu dolor y tu alegría.

 En la belleza de lo inesperado
 brilla siempre
 la oscuridad. 











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