Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 6 de noviembre de 2014

LUIS DE CASTRO GUTIÉRREZ [2.047]


Luis de Castro Gutiérrez

Nació en la localidad andaluza de Iznájar (Córdoba) el día 27 de abril de 1888, según los datos que constan en el Registro Civil del municipio cordobés. Su padre, don Juan de Castro y Orgaz (nacido en Madrid, en 1852) tenía entonces 36 años y su madre, doña Paula Gutiérrez del Castillo (nacida en la misma villa cordobesa en 1853) tenía 35 aííos. El niño Luis de Castro Gutiérrez vino al mundo en la misma donde estaba domiciliada la ilustre y acomodada familia. 

Años más tarde fracasó la hacienda iznajeña de don Juan de Castro, que ejercía de abogado y de juez en el pueblo. Intentó rehacer su fortuna en las Islas Filipinas, sin conseguirlo. Ocupó allí un cargo de Vicecónsul o juez insular. Volvió enfermo a la Península Ibérica. Los hijos tuvieron que abandonar las tierras cordobesas y se establecieron en Madrid, como mejor pudieron, según nos relata Luis de Castro Luna, el único hijo de Luis de Castro. 

Se casó Luis de Castro Gutiérrez con doña Paula Luna, natural de Tornos, pueblecito de la provincia de Teruel, donde la conoció cuando realizaba "un recorrido de propaganda electoral y vino a recalar allí", según nos cuenta el hijo mayor -ya octogenario- Luis de Castro Luna, quien nació en Madrid, en la calle Martín de las Heras, el 24 de noviembre de 1917 y se quedó huérfano de madre a los cuatro años.

Tras el fallecimiento de su esposa doña Paula Luna en Madrid (15 de octubre de 1921), Luis de Castro se casó con la hermana de la difunta, Isabel Luna. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Evaristo que falleció muy pequeño- y tres más que aún viven, María, Carmen e Isabel de Castro Luna. 

Entre 1936 y 1939, los años de la Guerra Civil Española, Luis de Castro y su nueva esposa, Isabel Luna, permanecieron en Madrid, de acuerdo con las noticias que nos proporciona su hijo, quien confiesa que Isabel, aparte de ser "mi tia camal, me trató siempre como una verdadera madre" (carta de Luis de Castro Luna a quien esto escribe, fechada en Zaragoza, el 12 de noviembre de 1998). No obstante, en 1937 el hijo mayor tuvo que marcharse de casa "con motivo de la guerra" y ya no volvió a convivir con la familia en el domicilio paterno. Había cursado estudios de Perito Agrícola y se instaló en Zaragoza capital, donde reside actualmente (2003). 

El fallecimiento del escritor Luis de Castro se produjo el día 13 de diciembre de 1973, en una clínica madrileña. Tanto él como su esposa están enterrados en el Cementerio de Ntra. Sra. de la Almudena (Madrid). 

Colabora en La Esfera, Nuevo Mundo, Mundo Gráfico, etc. En El Correo Español, La Tribuna y otros diarios madrileños ha publicado muchas poesías. Obras: De la guerra y del amor; Rosa mística, novela, 19 14; La voluntariosa, ídem, 19 16; Modistas y estudiantes; Los diputados en broma. 



Dentro de una antología que publicó Ramón Segura de la Garmilla, dedicada a los Poetas españoles del siglo XX, se incluye un poema de Luis de Castro, titulado El Juglar Mercenario, de inspiración medieval con ciertos rasgos de modernismo decadente: 



El Juglar Mercenario 

Soy juglar de feria, humilde trovero 
que va por lugares y por romerías, 
recitando trovas de su cancionero 
hecho con las flores de las picardías. 

Amor he gustado por esos caminos, 
adorando a mozas de burdos sayales, 
y he cantado loas y mil desatinos 
entre los festivos cortejos nupciales. 

Mi musa es heraldo de la regalía, 
más de una ventera sabe mis canciones, 
y donde me asiento me hacen cortesía 
tanto los buhoneros como los bufones. 




Se conserva en el archivo de doña Carmen de Castro Luna, un recorte de prensa con un soneto de su padre, titulado Semblanza, sin fecha ni indicación del lugar donde fue publicado. Está concebido como una especie de declaración de principios poéticos. 
Se señala que el autor del poema es "Don Luis de Castro, Redactor de El Correo Español": 



Semblanza 

En mi rostro de trovero sin amores, 
donde la huella del sufrir domina, 
hay la tristeza del jardín sin flores 
y un ansia de volar de golondrina.

En mi frente la raza más latina 
dejó unas arrugas, donde los dolores 
trazaron con sus más vivos colores 
la derrota de mi alma peregrina. 

De vivir en aquella edad dorada, 
mi ilusión, locamente deseada, 
hubiera sido amar a Galatea, 

decirla [sic] mi pasión en dulce canto, 
vivir en el reinado de la idea 
y ser vasallo de Fernando el Santo. 




Sin duda, una de las más famosas composiciones poéticas de Luis de Castro, la que sus hijos recuerdan especialmente y con mayor cariño, fue La Estudiantina pasa, publicada en Blanco y Negro en fecha que aún no hemos podido determinar:


¡Estudiantina!, gente galante 
porque un ensueño sin par tremola. 
¡Estudiantina!; capa española 
sobre los ojos del estudiante. 

¡Estudiantina! Música grata 
idealizando lo más pequeño. 
Bajo la luna, la serenata. 
Tras los visillos, risas de plata ... 
¡Las señoritas no tienen sueño! 

¡Estudiantina! Niñas inquietas 
por el encanto de la ilusión. 
¡Cómo acompasan las panderetas 
el ritmo tierno del corazón! 

¡Estudiantina! Amor inmenso; 
grato perfume de rica orobia [sic] ... 
¡Entre las sombras de algún suspenso, 
brilla el encanto de alguna novia! 

¡Estudiantina! Recuerdo sano 
de la aventura nueva de ayer: 
El estudiante, que parte ufano, 
mientras saluda la blanca mano 
de una mujer. 

¡Estudiantina..! Época vieja. 
Arcos vetustos. Rancias casonas; 
voz de profesa tras una reja 
y en la calleja, 
fulgor de acero de las tizonas. 

¡Estudiantina ... ¡Suena con bríos 
del instrumento la clara risa ... 
¡Para los cuerpos, los crudos fríos 
son blanda brisa! 

¡Estudiantina ... ! Rico venero 
de sentimientos en el laúd. 
Estudiantina ..., poco dinero ... 
¡Mas cien millones de juventud! 

¡Estudiantina!, gente galante, 
porque un ensueño sin par tremola. 
¡Estudiantina!; capa española, 
sobre los hombros del estudiante. 

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Costumbrismo andaluz y hablas cordobesas en una Novela de la vida andaluza: El amo (1922) 
Texto: Manuel Galeote 
Universidad de Málaga 




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