Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 23 de agosto de 2011

775.- CARMEN SÁNCHEZ MELGAR


CARMEN SÁNCHEZ MELGAR
Nació en Benarrabá (Málaga).
Ha colaborado en múltiples publicaciones en revistas literarias( Ateneo de Algeciras, Amistad, Guadalmesí, Azahar, Casino de Algeciras, La Palma, Aleceia, Tres orillas, Algeciras, ciudad del Sur, Conexión, La Palma, Costa Cultural,etc.)y en el volumen de Relatos y Poemas sobre la Mujer del Ayuntamiento de San Roque. En 2009 participó junto a Juan Emilio Ríos Vera y César Alfonso Viñas en el poemario "La consumación de la utopía", editado por el colectivo Giner de los Ríos de Ronda. Ha participado en numerosos recitales en el Ateneo de Algeciras, Manilva, Casino de Algeciras, Encuentros Sohail de Fuengirola, Café Teatro y Ateneo de Málaga.
Tiene publicado el poemario " 27 días " con ilustraciones y portada de Eugenia Esteban. Tiene escritos "El ritual de la ceniza" , "La hojarasca humana", "El peso de los pensamiento", "Páginas de la memoria", "Fotogramas y metáforas", "La señal de haber vivido" y "El juego insobornable de la carne", los cuales están inéditos. Ha obtenido un accésit en el Certamen de poesía sobre la mujer en el Ayuntamiento de San Roque.
Pertenece al Ateneo de Algeciras, al Ateneo de Manilva, a la Federación de Ateneos de Andalucía, al grupo poético Academus y al club de letras de La Universidad de Cádiz. Es socia de ALAS desde el verano de 2009.
Ha participado en la exposición poético-pictórica 25 N ¿la otra mejilla? con motivo del día Internacional Contra la violencia Machista 2009.



EL JUEGO INSOBORNABLE DE LA CARNE.


I

Mi mano busca con
Descaro tu entrepierna,
Y tú,
Sorprendido ofreces
Los labios entreabiertos,
Paralizado por dentro.

No hay palabras
En el juego insobornable
De la carne.


II

Regálame ésta noche
El aroma de tu cuerpo,
Yo te daré mi sexo en llamas.
Juntos escribiremos versos
Con la sangre desbocada.


III

Cae el velo de la noche
Acariciando los sentidos
Y relajando los músculos
Cansados.
Rozo tus labios con mis dedos,
Hinco mis uñas en tu espalda
Y engullo tu carne invertebrada.
Una lluvia de estrellas fugaces
Cargan de nuevo
Mi energía necesaria.


IV

A ti
Que siempre callas
Mi pasión primitiva,
Mis piernas envueltas
En redes
Te susurran
Al oído
Que te deslices
Por su envés
Como salmón
Río arriba.


V

Olor a madera recién
Cortada se mete por debajo
De las sábanas que acarician
Los pezones sonrosados
De mis senos desnudos,
Provocando un sobresalto
En el rincón oscuro;
Vergel de fruta fresca
Para tu hambrienta boca,
Y fuente de agua blanca
Que se desliza por el túnel
De mis piernas.


VI

Mis pies
Buscan acomodo
Entre tus piernas,
Y hábilmente atrapan
Lo que escondes
De tu cuerpo.
Tu voluntad
Se derrumba,
Tu espíritu se eleva,
Y mis manos se cobijan
Por debajo de mi ombligo.


VII

Cuando se apaga la luz
Los dedos rebosantes
De lujuria recorren
Con urgencia el paisaje
Cubierto por las sábanas.

Suben cordilleras
Y luego bajan
Hasta el valle para
Adentrarse secretamente
En las profundidades
De la sima donde hallan
Su anhelante recompensa.


VIII

Mis ojos se meten
En los tuyos
Y mis uñas
Serpentean en tu pecho,
Tu ombligo
Perfumado de romero
Se pega a mis labios
En el camino
Hacia tu íntima arista.
Mis manos se deslizan
Por la cara oculta
De tus nalgas,
Y mi pecho se inunda
De tu esencia
Y tu mirada.


IX

La tarde discurre
Al son de la música.
La estancia se impregna
De olor a pan con sésamo
Azucarado, y tus manos
De talco y canela
Desatan caricias prohibidas
Por la hipocresía de mentes
Asustadas.
En la oscuridad
Una tímida luciérnaga
Alumbra el rincón
Donde el sol
No llegó jamás.


X

El pañuelo amarillo
Cae a plomo entre mis senos
Que compiten
Con el tacto de la seda.
Tus dedos apresurados
Acarician los pezones
Que apuntan
Irremediablemente
Al suelo, pero que
Diriges directos a tu boca
Hambrienta de besos.

Tus manos con prisa
Excesiva se pierden
Debajo de mi falda.


XI

Acerca la fragancia
De tu piel
Hasta mi espalda.
Acerca tu ombligo
A mi cintura
Y aprieta con tus manos
Mis caderas.
Muérdeme la base
De la nuca como
Un gato en celo
Maullando en las callejas.


XII

Te quiero
Porque no apagas
La luz que me alumbra
Por dentro

Te quiero
Porque no soy
La diana
De tus fracasos.

Te quiero
Porque eres un raíl
Extendido junto al mío
En la misma direcciòn.
Te quiero
Porque me dejas crecer
Sin sembrar mala hierba
A mi alrededor

Pero sobre todo
Te quiero
Porque contigo
No dejo de ser yo.


XIII

Cómo explicarte
El canto de las cigarras
En los campos
Ni el perfume
De las flores en mayo
Embriagando
Mis anhelos.

Cómo explicarte
El fuego que se adueña
De mi piel
A la sombra del ciruelo
Vestido de junio
En el huerto.

Cómo explicarle
El rayo que sale
Por la punta de mis dedos
Cuando tengo entre mis manos
La parte oculta de tu cuerpo.


XIV

Te espero
Con guantes de raso
Al final de la escalera
Para acariciar tu rostro
Y beberme los besos
Que se caen de tus labios
Cuando se te hace
La boca agua en la fuente
Que hay en mi regazo.


XV

Enlaza tus piernas
Con las mías,
Pon tu cabeza
Entre mis pechos,
Rodéame
Con tus brazos
Y sentirás
Lo que siento.

Agita mi cuerpo
Con furia
Como una hoja
Lo hace por el viento
Dibujando remolinos
En la noche
Y cayendo agotada
Contra el suelo.












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