Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 20 de agosto de 2011

754.- MANUEL DÍEZ CRESPO



MANUEL DÍEZ CRESPO
(Écija, Sevilla, 1911-Madrid, 1993). Poeta y periodista. Estudió Derecho en Sevilla y Filosofía y Letras en Madrid. Fue uno de los editores de "Hojas de Poesía"; también encontramos su firma en "Ardor", en "Isla" y en "Nueva Poesía". El año 1935 lo pasó en Toulouse, donde fue lector de español. Durante la guerra civil abrazó la causa franquista; dirigió el diario sevillano "F.E.", y protegió a Guillén, del que había sido discípulo. La mayor parte de su obra poética la publicó con posterioridad a la contienda. "La voz anunciada" (Madrid, 1941), con prólogo de Fray Justo Pérez de Urbel, es consecuencia de su compromiso bélico. Su mejor libro es "Memorias y deseos" (Madrid, Editora Nacional, 1951) (.) Ejerció la crítica teatral en los diarios madrileños "Arriba" y "El Alcázar". Durante los años finales de su vida publicó en ABC de Sevilla una serie de artículos sobre sus años juveniles, recopilados póstumamente en el volumen "Diván meridional" (Sevilla, 1995), prologado por Aquilino Duque» [Bonet, "Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936)", pág. 205].







Rosa nueva

y otra vez unos labios
rosa me invaden;
calor de ojos que piensan,
pétalos sufridos de aguardar
años y años y años...
Pongo mi boca. Sufro.
Plumas adoro,
noche encendida, deseo.
Ya quebrada la brisa,
más sed agotará mis luces
de pasión por la rosa nueva.





CALLE PUREZA

La Esperanza es una estrella
que desemboca en el mar.
¿Quién dirá que te vio?

La Esperanza siempre espera.
¿Quién dirá que te paseó?

El mar es una azucena,
y la pureza un amor.
¿Quién dirá que contigo se perdió?

El mar te llama,
luz por luz,
casa por casa,
y alegría por llanto.

¡Ay, el ancla de tu esperanza
me salvó!





NOCHE EN TRIANA

¡Ay, Triana,
Y cómo duele ese cante,
O esa paloma herida
Que lleva el río en tu aire!

El alma se hace raíz
Oscura en cada calle.

¡Ay, Triana,
Pájaros ciegos,
Sombra caliente,
Luz morada,
Y un temblor negro
En la sangre.







Fugitiva delicia

Pienso en ti. Pienso,
ya es sólo el perfume,
la esencia, lo que me queda
de tu vida.
Pienso un paisaje.
Un río sumiso, un mar,
una estatua desprendida en flores.
Deseo tu calor. Mis venas
ponen fuego a los mármoles,
a ese vegetal suspiro
sobre el que invento mi suerte.
Pienso en nada. La vida
no será nunca
existencia y perfume identificados;
beso absoluto
de nuestro propio vivir.


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