Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 9 de agosto de 2011

726.- JUAN MIGUEL MELGAR BECERRA




Juan Miguel Melgar Becerra es un poeta español nacido el 25/01/1985 en Arriate (Málaga). Cursó sus estudios primarios en el colegio "San Antonio" de Arriate, y obtuvo su graduado en la E.S.O. en el "I.E.S Escultor Marín Higuero".Con sus tres libros de poemas publicados, es uno de los poetas más destacados de su localidad.
Desde su infancia, se sintió interesado por la literatura, si bien nunca se planteó la posibilidad de escribir poesía. A pesar de ello, a la edad de 16 años, ya habia ganado el 1º Premio del 2º Certamen de Cuentos "Villa de Arriate". En el año 2003, queda finalista juvenil en el VII Certamen de Poesía para Escolares "Poetas del 27" en Málaga, con el poema "Humo inerte". D. Bernardino Gaona López, alcalde de Arriate, lo lleva hasta Málaga para recoger el premio. Un manifiesto suyo contra los atentados del 11M es leído en Radio Coca Ser Ronda el 12 de Marzo de 2004. El 25 de Abril de 2005 gana el 1º Premio de Literatura en el I.E.S. Pérez de Guzmán, en Ronda. Poco después, el Excmo. Ayuntamiento de Arriate publica su primer poemario "De lo que nunca te dije", un libro que hace hincapié en el primer amor como base primordial de su contenido. Fue tal el clamor popular, que se tuvieron que publicar dos ediciones del mismo. En 2006 volvió a hacerse con el 1º Premio de Literatura "Pérez de Guzmán". En 2007, gana el 1º Premio de Poesía " Arriate en Abril", y publica su 2º poemario "El amanecer de las rosas tristes "su obra más íntima. La mayor aceptación de este libro se halla en el poema "A la sombra de una mecedora que tenía mi abuelo", que el autor dedicó a su bisabuelo fallecido, y que, a día de hoy, es uno de sus poemas más celebres… También, ese mismo año, participa en el "VI Encuentro Provincial de Poesía" en Torrox ( Málaga ) y recibe una placa de su cofradía, la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre y Sto.entierro de Cristo de Arriate por su participación en la XXV Semana de Exaltación Cofradiera. Después de esto, se retira hasta el año 2009, en el que gana por 2ª vez el Primer Premio de Poesía de Arriate y publica su tercer poemario "Hoy recordé tu nombre", libro en el que sobresalen sus "Poemas para mi abuelo Miguel". Participó en la 1ª revista sociocultural de Arriate con su artículo "Esas personas importantes" y en la revista literaria "Utopía" de Málaga con varios poemas. Amante del mundo de la radio, fue colaborador en el programa de actualidad "El tiempo que vivimos", en Radio Voz Málaga, en Estudio 21, y en EsRadio Málaga, hasta la cancelación del programa en 2010. En Septiembre del 2011 dió un recital de poesia de notable éxito, donde intervinieron varios escritores y profesores de Arriate.




NO TE PONGAS A CRECER, VIOLETA

Pequeña y quieta,
así te quiero,
no te pongas a crecer,
Violeta.
Las personas que crecen
no tienen esa sonrisa,
ni esa voz,
que te caracteriza.
Yo quiero verte rosada
como un melocotón,
dorada por el sol,
quiero ser el viento
que mueva tu cometa.
Quiero darte mis flores
olorosas,
mis lápices de colores.
Pequeña y quieta,
así te quiero,
no te pongas a crecer,
Violeta,
que las personas que
miran hacia arriba,
ya no pueden mirar
lo pequeñas que fueron
en realidad.






DESDE PRIMAVERA

(POEMA PARA MI MADRE)

Desde Primavera, madre, los corintios duermen,
como si no llegara el mediodía, en vez de un
perfume, una flor, una joya,
dejaré los ojos al unísono del viento desarrollar
esta poesía.
Mujer casada o cansada, triste, ciertamente, madre,
los años pasan.
Entre los recuerdos no habitará la historia, el día
en que una cuna se halla calmado,
las nanas que una noche vuelan para dormir
eternamente,
no suponen, madre, ni respeto, ni corazón,
ni suerte.

Pero como el papel, este silencio está plagado
de notas,
pues aún sabiendo tú, que nadie más lo sepa,
no volverá la Primavera,
más en ti, en este verso,
sigue la magia del niño que siendo mayor te
compuso esta poesía.








DESPEDIDA

Ha muerto nuestra juventud sobre las rosas.
Era de día, nos miramos al marchar, pero nos
fuimos obscureciendo, nosotros dos, por
caminos diferentes.
Yo te pregunté si me querías.
¿ Qué pensabas ? ¿ Que te llevaría volando a
Las nubes ? ¿ Que te sorprendería la mañana
entre mis brazos ?
No pude alcanzarte más estrellas, pero tú
seguías delirando.
Pensabas que eras amiga de Venus.
Una diosa fraternal y graciosa.
Que al mirarte te amaría. ¡ Olvídalo !
Ha muerto nuestra juventud sobre las rosas.









DILE A ESE SANTO DOCTOR

Pide al doctor que te recete versos y quebrantos,
(aquél que te agenciaba agendas de futuro),
dile que las pieles de gallo de tu fracaso impuro,
han dejado nueva cuenta al fondo de tu saldo.
Dile que estás aquí para hacerte un nuevo estudio,
que la ciencia es poderosa, que no invierte en milagros,
que te han tratado mal los últimos diez años,
que no puedes, al fin, recuperar lo que fue tuyo.
Ponte nuevas intenciones para hacerte valiente,
no para hacerte valer ni hallarte casta.
Hay cosas que no se recuperan fácilmente.
Métete a monja, mujer, no te llegues por casa.
Juega con la rosa y el bisturí, prueba con silicona,
quizá, para el año diez mil, sepas quién te amó.
Dile a ese santo doctor, que te llenó de goma,
que aunque sea especialista en venas y ateromas,
nunca supo, tan siquiera, transplantarte el corazón.








A LA SOMBRA DE UNA MECEDORA QUE TENÍA MI ABUELO

A la sombra de una mecedora que tenía mi abuelo,
voy pasando las tardes, cohibido, desanimado,
sin vida, en este cuerpo incierto, desleal,
presente de los años que se fueron.
A la sombra de una mecedora que usaba mi abuelo,
me voy preguntando el por qué de las rosas que murieron
en mis manos,
mi infancia olvidada, mi sueño persistente, y me entrego
al desaliento, cansado de verdades, enterrador de guías
inherentes,
distante en el funeral de las palabras rotas.
A la sombra de una mecedora que tenía mi abuelo,
voy meciéndome sin prisa, recordando lo que fui.
Quizás, alguien vendrá a decirme:
A la sombra de la mecedora que tenía tu abuelo
le falta vida.
Sí - le contestaré – a esta mecedora le falta la alegría
de la sombra de mi abuelo.









CANCIONCILLA DEL AMOR MUERTO

Ya no río como ayer solía,
ya no pienso como ayer pensaba.
Ya no te quiero, flor mía.
Impaciente, no sufro porque no siento.
Tu sombra no será ya mi agonía,
ni tu pelo mi consuelo.
Ya no te quiero, flor mía.
Evitando sol y viento
que de tu boca saltaba,
quedó un corazón de piedra,
y una tristeza con alas,
que sus sueños te ofrecía.
Se acabó lo que se daba,
ya no te quiero, flor mía.








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